miércoles, 2 de abril de 2014

EL FUEGO DE LA MEMORIA


La memoria a veces resulta un nutritivo alimento para los escritores.Un instante,un sentimiento,un objeto,un nombre,una persona,un aroma,una melodía,un propósito...pueden convertirse en la semilla a partir de la cual el narrador hará crecer su relato,ya sea biográfico o de ficción. La retrospección es un mecanismo eficaz cuando lo que pretendemos es  prender la mecha de la escritura creativa y por placer de nuestro alumnado. Ejemplos de que sí es posible escribir en MÁS INFORMACIÓN:







PergaminoLa lucha contra el dragón
Al dar a luz a Clío y a Ángel. Cynara falleció. Cuando pasaron unos años, Artemis también murió. Los chicos fueron cuidados por un elfo, llamado Colin.
                Allí, donde el elfo habitaba siempre estarían a salvo. Mientras que crecían, poco a poco, iban adquiriendo nuevas técnicas, enseñadas por Colin, para su futura lucha contra el dragón, como su padre le dijo al elfo en su lecho de muerte minutos antes de fallecer.
                Un día, la pareja de jóvenes hermanos, tropezaron con un saco bastante pesado, lo abrieron, muy cuidadosamente, encontrando dentro una espada capaz de partir todo lo que se le imponga y un arco de madera bendita y sus flechas
                Al terminar su debido aprendizaje, partieron a la búsqueda del dragón y de su tesoro. Cuando llegaron, el dragón, enfurecido, se levanto haciendo retumbar las paredes de aquel lugar, al sentir la llegada de los desconocidos.
                Clío, que siempre fue la más atrevida, comenzó la batalla con una de sus flechas que clavo en el ojo de la bestia, más tarde, mutuamente, le clavaron sus armas en el corazón. El dragón, herido de muerte, cayó al suelo.
                La legendaria hazaña llego a cada uno de los habitantes del reino y de reinos vecinos.  Los valientes hermanos y su cuidador fueron premiados de todo tipo como vivir en palacio, muy buenos banquetes…

                                                                                                  Soledad  Ortega Reche 1º  ESO



             LEYENDA

   En una lejana época, vivía Éngel en el Reino de los Celestiales, cuya misión y la de todas las criaturas divinas era obtener benevolencia al ayudar a los mortales para dársela al Yagdrasil, el árbol del mundo, y acabar con la guerra en la Tierra.
   Un día, el árbol del mundo, se puso a brillar al tener la suficiente benevolencia. Todos los celestiales subieron a observar ese preciado momento cuando, de repente, un rayo oscuro cayó sobre el Reino de los Celestiales  para llevarse toda la benevolencia, ala vez que Éngel caía hacia el reino de los mortales perdiendo sus poderes divinos.
   ´´ ¿Estás bien?´´ Esto es lo primero que oye Éngel después  del tremendo golpe. Cuando abrió los ojos vio a una mujer anciana que le ayudó  a recuperarse.


    Al día siguiente, paseaba por el pueblo preguntando qué había sucedido, aunque sin respuesta porque la gente tenía miedo para contestar. Al final un soldado del castillo respondió:
´´Hace tres días nos atacaron los soldados del impío Imperio y nos quitaron todas nuestras pertenencias  para dárselas al rey Coning.´´ Al oír esto Éngel, armado de valor, decidió ir al palacio   del impío Imperio  para recuperar la benevolencia  y las pertenencias de los aldeanos.
   Por el camino, multitud de personas le hablaron del rey Coning, de lo despiadado y feroz que era y de que acababa con todo lo que se interponía en su camino.
   Al llegar, vio  a lo lejos el palacio envuelto  en una gran sombra oscura. Tenía miedo pero entró. 
                                                                                                Alonso Rojas Navarro 1ºESO



Siria
Hace muchos años nació en un castillo una niña llamada Siria. Ella, era hija de una diosa que había dejado su reino para casarse con el hombre que amaba, el rey Galaz. Su madre se encontraba demasiado débil al dar a luz y murió. Al enterarse el rey de que su esposa había fallecido, la desesperación y la tristeza se apoderaron de él, y gritando de angustia ordenó que aquella criatura que había acabado con la vida de su amada debía morir. Sabía que él mismo no podría acabar con su hija y por tanto mandó a uno de sus caballeros para abandonase a la pequeña en un lugar muy alejado de el bosque.
El caballero, cuyo nombre era Renon, no tuvo el valor suficiente para abandonar a aquella indefensa criatura, a la que por seguro las bestias del bosque usarían como cena.
Renon estaba casado con una bella mujer llamada Nima. Ellos vivían en un pequeño poblado que había a las afueras de el reino de Galaz, con sus tres hijos.
Entonces Renon llevó a Siria al poblado, donde la crió como si fuese su propia hija.
Pasaron los años, y Siria aprendió a escribir, leer, cazar, luchar... Se crió con tres niños por lo que Siria se sentía mas bien un hombre que una mujer. Esto lo solía demostrar cuando cazaba y luchaba, algo que se le daba bastante bien. Siempre le hubiese gustado ser un caballero del rey, como Renon, a quien siempre había tratado como su padre.
Cuando Siria cumplió diecisiete años, Nima y Renon decidieron contarle la historia de sus padres.
·         ¿Por qué me mentisteis? - Dijo mientras una lágrima surca su mejilla.
·         Pensamos que era lo mejor- Respondió Nima. -Aunque no seas nuestra hija de sangre siempre serás nuestra pequeña Siri.
Esa misma noche Siria, dolida por la mentira de sus padres, hizo su maleta, se despidió de sus hermanos, y marchó con su caballo Diablo.
Cabalgó por el bosque, pasó las montañas de la muerte, y finalmente, llegó al castillo de su padre, el rey Galaz.
·         ¡Hechen el puente! Vengo de una tierra muy lejana para ver al rey Galaz.- Gritó Siria.
·         ¿ Por qué deberíamos dejarte entrar ? - Contestaron los guardias que se hallaban encima de la muralla vigilando.
·         Porque soy la hija de el rey Galaz.
Un silencio se hizo encima de la muralla. Siria pensó que los guardias la habían dado por loca y habían preferido marcharse, pero entonces , el puente bajó y la puerta se abrió.
·         Majestad, tiene usted una visita muy importante- Avisó el mayordomo al rey.
·         ¿ Quien diantres quiere molestarme en la hora de la merienda?- Contestó furioso el rey, con su habitual malhumor.
·         Dice que es su hija, alteza.
La cara del rey se volvió blanca al instante. ¡Había dicho su hija! Pero era imposible que algo así fuese cierto, aunque sin saber que decir aceptó la visita.
Al ver a la muchacha, un mareo hizo que casi perdiera la consciencia. Su mirada, su nariz, su pelo.... ¡era la viva imagen de su esposa!
Rey Galaz, sé que esto le puede parecer una locura, pero soy su hija, Siria.
·         ¡Eso es imposible! ¡Siria murió! Mi caballero la abandonó en el bosque porque yo no podía hacerlo.
·         Su caballero, Lenon, no tuvo tampoco el valor para dejarme allí tirada y me llevó a su casa donde he vivido todos estos años.
La cara del rey volvió a ponerse blanca.

·         Yo no quería abandonarte... El dolor me nubló la cabeza y decidí que no podría criarte, porque siempre me recordarías a tu madre.
·         Padre...
Es entonces cuando Siria se acercó a su padre y ambos se dieron un abrazo.
·         Alteza, disculpe que interrumpa este momento tan familiar, pero no podemos estar completamente seguros de que esta muchacha sea su hija, y no una impostora- Dijo el mayordomo al que de repente se le habían puesto los pelos de punta.
Si era verdad que aquella niñata era su hija, significaba que se quedaría con el reinado, algo que él sabía que pasaría pronto, teniendo en cuenta el estado de salud en el que se encontraba su majestad. Entonces, su hijo Blodín no se convertiría en su sucesor, dado que el rey tendría heredero.
·         ¡Pero que infamias estas diciendo! Esta muchacha es mi hija, y nadie lo pondrá en duda.
·         Majestad, pienso lo mismo, pero lo único que le digo es que será mejor que lo comprobemos si tan seguro está.
·         ¡Claro que estoy seguro!
·         Bien, pues en ese caso, Siria deberá enfrentarse al dragón negro. Si vence, será su heredera, pero si muere , ¡tan solo una impostora!
El rey Galaz dudó un segundo. Tenía bastante claro que era su hija, aunque ciertamente de esta forma nadie pondría en duda su reino.
Esta vez, habló dirigiendose a su hija, que había estado escuchando la conversación intrigada.
·         Si dices ser quien eres, has de enfrentarte al dragón negro esta noche.
Y así fue. Esa misma noche Siria se dirigió a la cueva de el Dragón negro.
Siria se asomó a la cueva. Parecía que estaba dormido, pero sabía que no debía confiarse. Comenzó a andar hacia su encuentro silenciosamente. Entonces, pisó un hueso que causó un ruido que se repitió en el eco de la cueva hasta que el dragón despertó. Siria, ágilmente se escondió tras una piedra antes de que el dragón consiguiera verla.
·         ¡Sal y da la cara! -Gritó el dragón mientras buscaba a la persona que había importunado su descanso.
Siria aprovechó el giro del dragón para lanzar su espada con tal precisión que le dió en el pecho.
·         ¡¡¡¡¡¡ Grggggggggggggggggggh!!!!- Un terrible rugido que recorrió el reino demostró que Siria había acertado en el blanco.
A los pocos días Siria fue proclamada reina y pasados unos años se enamoró de un joven tan valiente como ella y se casaron. Su padre fue el encargado de la magnifica boda que se celebró en palacio, a la que asistieron todos los hermanos de Siria y Nima y Renon.
FIN  
                                                                             María Ramírez Alonso 1ºESO





La señora de los lobos y el “Maestro”

Tania creció en una granja junto a sus padres y su hermana mayor Siria.
Aunque Tania no era de una familia noble, todos podían ver lo diferente que era de los demás niños, tanto física como mentalmente.

Sus ojos eran tan verdes como la hierba e intensos como el bosque. Sus labios eran gruesos y casi nunca se arqueaban para formar una sonrisa, pero, lo más fascinante de ella, era su larga melena pelirroja tan rebelde y salvaje como el fuego.

Cuando Tania cumplió los quince años empezó a desplazarse de su familia y la poca relación que tenía con el pueblo la perdió, debido, a que prefería irse al bosque. Nadie sabía qué había en ese lugar excepto la misma Tania. En el bosque ella solía correr, cazar y hablar con los animales, especialmente con los lobos. Con ellos Tania se sentía libre y alegre, algo que con los humanos nunca había sentido.

Al poco tiempo de cumplir los quince, Tania notó una extraña presencia en el bosque. Cuando fue a investigar qué había, su sorpresa fue grandísima, puesto que lo que encontró fue a un chico aproximadamente de su edad. Parecía alegre y risueño. Su pelo era de color chocolate, sus ojos eran tan claros como el cielo y su boca esbozaba una bonita sonrisa.

Tania estuvo un rato observándolo, hasta que se dió cuenta que el chico se había percatado de su presencia. Los dos se presentaron. Él se llamaba Hugo y le contó a Tania que se había perdido por el bosque. Ella le enseñó a buscar alimento y le aconsejó como debía de fabricar un refugio. Hugo agradecido, le invitó a que fuera a su casa que estaba en otro pueblo, y allí, le daría una recompensa como muestra de se agradecimiento.

Tania se negó, pero él insistió tanto que no pudo decirle que no.

El viaje duraría, aproximadamente, una semana de camino, así que, Tania se despidió de su familia y emprendió el viaje.

Por el camino Tania y Huago empezaron a conocerse mejor, a tal punto, que los dos se enamoraron, o eso pensó Tania, puesto que dos días antes de llegar se despertó maniatada y con un trazo de tela situada en la boca, para que no pudiera hablar.

Tania empezó a gritar pidiendo ayuda a su amigo, pero cuando lo vió no era el mismo chico que había conocido.

Su pelo se había vuelto como el azabache, sus claros ojos se volvieron oscuros como la noche y su hermosa sonrisa, se había convertido en una expresión seria y de odio.

Hugo se acercó a Tania y le contó que a su “Maestro” no le gustaba que una niñata estubiera por allí y por allá transformándose en lobo y matando gente.

Tania se extrañó al escuchar eso debido a que ella nunca se había convertido en algo parecido y no había matado a nadie.

Justo entonces cuando Hugo le iba a clavar una espada en el corazón, ella consiguió soltarse y en ese instante consiguió adoptar la forma que él le había dicho: se había transformado en un feroz lobo.

Hugo aterrorizado salió huyendo, pero Tania consiguió alcanzarle. Aunqué ella podía haberlo matado en ese instante, no pudo hacerlo, debido a los sentimientos que tenía hacia él.

Hugo al darse cuenta volvió a ser el mismo chico risueño con ojos claros y pelo oscuro. Él le contó a Tania que su “Maestro” era una persona despiadada dispuesto a conseguir lo que quería sin importarle nada, y, ahora mismo, lo que quería era apoderarse del mundo. También le contó que él no podìa hacer nada, debido a que si se rebelaba contra él, nunca volvería a ver a su familia.

Tania al escuchar eso le prometió a Hugo que la ayudaría. Cuando encontraron al “Maestro” la única que podía hacer algo era ella. Así que, cogió su arco y su carcag de flechas, pero ni la más mortífera flecha conseguía darle, entonces recordó lo que dijo Hugo: ”Transformada en lobo y matando gente”. Después de memorizar esta frase empezó la mutación de humano a lobo.

Tras una interminable lucha, Tania consiguió herir de muerte al “Maestro”, liberando a su vez a su amigo.

Los dos ya eran libres y todo había terminado, excepto, esa llama de amor que se había encendido en los corazones de Tania y Hugo.

                                                                                           Andrea Navarrete Tijeras 1ºESO



LEYENDA


Juanito era un niño que estaba gordito y era un poco feo. En el colé sus compañeros se metían con el y le quitaban el desayuno.
Un día el decidió que no se iba a rendir, y dejar que se aprovecharan de el y decidió enfrentarse a los demás y proteger a los niños como el.
Entonces cuando a los niños les pegaban o se reían de ellos el siempre salía en su defensa.
Cogía una mascara y les asustaba a los niños malos y a si nadie lo reconocía.
Le pusieron el nombre de BATMAN.
Cuando iba con su traje todos los niños les respetaban y les daban chucherías, chocolatinas refrescos etc. para que los dejara tranquilos.
Pero un día vio el director al niño y lo pillaron le quitaron la mascara y todos los niños del colegio le tomaron mucha manía.
Entonces todos sus amigos del colegio se burlaban de el todos los días y el niño se ponía a llorar y todos se reían de el porque estaba llorando le decías eres un cagica y seguía llorando más.


                                                                               ROSARIO PALLARÉS SAEZ 1ºESO
 



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