Mi
libro preferido:
“Las
crónicas de la Torre”
¿Nuca habéis pensado que no encajáis?¿Nunca
habéis creído que sois...DIFERENTES? Pues esto es lo que le pasó a
Dana. Una chica de pelo largo y negro como el carbón, recogido en
dos delicadas trenzas, con unos ojos tan azules e intensos como los
mares, seria y trabajadora. Ella apenas se relacionaba con niñas de
su edad, pero, eso cambió cuando conoció a Kai. Un joven de su
misma edad, seis años, con cara risueña y alegre, pelo rubio como
el trigo y ojos verdes como la hierba. Dana y él se hicieron amigos
rápidamente, pero lo que se preguntaba Dana constantemente era por
qué nadie le había visto antes. Un día Kai le contó que solo ella
podía verlo y oírlo. Desde entonces Dana no sabía si estaba loca o
era real.
Después de un par de años apareció un señor de
tercera edad. Tenía unos pequeños y siniestros ojos grises que
encajaban con su larga y blanca barba. Él quería llevarse a Dana
para proporcionarle una educación, aunque sus padres al principio se
negaron, finalmente cedieron. Ya era hora de marcharse pero le
faltaba encontrar a Kai. Lo buscó por todas partes. Cuando por fin
dio con él, le explicó que no podía acompañarla, entonces
apareció el anciano y le dijo que podía ir con ellos, Kai estaba
muy feliz, pero, a su vez, estaba un poco intrigado por saber como
ese hombre le había visto o sentido su presencia. Tras un largo
camino llegaron a la Torre, un lugar situado en el Valle de los
lobos.
Al día siguiente Kai le contó que estaba en una
escuela de hechicería.
Tras muchos años estudiando Dana ya podía controlar
el viento, la naturaleza y el agua, pero había algo más. Sus
sentimientos hacia Kai habían cambiado. Él ya no era el mismo chico
delgado y enclenque, se había convertido en un apuesto muchacho, lo
único que no había cambiado en él eran sus ojos alegres y su
expresión risueña y aventurera. Dana no podía cambiar sus
sentimientos hacía él. Debido a esos sentimiento,s que quería
ocultar, ella siempre intentaba pasar menos tiempo con Kai, a tal
punto que casi ni se veían.
Dana en la Torre además de practicar la magia, se
hizo amiga de Maritta, la cocinera y Fenrris, un elfo muy misterioso
y apuesto, pero apenas se relacionaban, debido a que él tenía un
nivel superior a ella en los estudios de hechicería.
Un día además de Martta, Fenrris, el anciano, Kai
y ella, había alguien más. Dana la vio. Su largo pelo era castaño,
con unos ojos tan verdes como Kai, la diferencia era que los de Kai
tenían una expresión alegre y los de ella expresaban preocupación,
su cuerpo...bueno... parecía transparente, como si solo fuera aire.
Entonces Dana lo entendió. Esa mujer era más o menos, como Kai. Se
llamaba Aonia, y cuando aparecía lo único que le decía a Dana era
la palabra “unicornio”.
Dana estuvo buscando de libro en libro hasta que por
fin encontró lo que buscaba. Ese libro tan peculiar se titulaba: “
Los misterios de la Torre”.
Dana estuvo leyendo capítulo por
capítulo hasta que
observó el séptimo: ”El misterio del unicornio”. La
historia comenzaba así:
La Torre es la
mejor escuela de hechicería entre todas las que hay. La presencia de
magia es espectacular pero lo más impresionante es el unicornio. Una
criatura hermosa y sabia. Tiene un gran poder y el mago que consiga
encontrarlo y cortarle el cuerno será invencible. ¿Pero quién será
tan valiente sabiendo lo peligrosa que es la Torre, sobre todo cuando
hay luna llena? Así es, el unicornio solo se puede encontrar las
noches de luna llena cuando está protegido por sus despiadados
centinelas.¿Pero y si esta leyenda no es más que un cuento de
hadas? Solo lo podréis saber si lo intentáis
¿Solo
esto? Piensa Dana. No puede entender como algo tan importante carezca
de más información.
Además,
¿qué centinelas serán?. Dana estaba dudosa. ¿Y si ese texto tiene
un doble sentido?¿ Y si hay algo más escondido en alguna parte?
Sinceramente no sabía que hacer salvo ir la próxima luna llena a
investigar.
Cuando Dana intentó buscar al unicornio casi pierde
la vida, gracias a Kai y a Fenrris sigue viva.
Después de una larga preparación, Dana, Kai y
Fenrris fueron a buscar de nuevo al unicornio, pero Dana se dio
cuenta del problema. Fenrris era uno de los centinelas, era un
licántropo.
Por suerte llegaron hasta el unicornio a salvo. Justo
entonces aparece el anciano. Ese hombre le había traicionado.
Tras una larga lucha Dana se convirtió en la señora
de la Torre, consiguiendo el poder del unicornio sin tener que
haberle quitado su hermoso cuerno. Pero...Kai se tenía que ir. Él
ya había cumplido su misión de proteger a Dana, debido a que era la
última persona en el mundo que podía ver a los fantasmas. Así es
Kai y Aonia eran fantasmas.
Dana estaba hecha trizas, pero no podía quedarse así
para siempre. Ahora su deber era ocuparse de la Torre.
Esto demuestra
que cada persona, por muy diferente que sea, pertenece a un lugar
donde encaja, con gente que le entiende y a una persona muy especial
con la que compartir su vida, pero una tiene que tener en cuenta que
esa persona no siempre va a estar a su lado y tiene que aprovechar
todo el tiempo posible en estar junto a ella, porque si no, cuando la
pierda, nunca la va a recuperar.
¿No sería fantástico poder controlar los elementos
de la naturaleza?¿Os imagináis cómo sería poder crear una
tormenta que lloviera justo en el desierto?¿Y poder crear nuevos
bosques con solo decir una palabra? A lo mejor los seres humanos no
podemos alcanzar tal control sobre la naturaleza, pero quien sabe.
Tal vez un día no muy lejano, gracias a la tecnología podamos
realizar tales fenómenos sin dañar nuestro ecosistema, si eso
llegara a pasar seguro que nuestro mundo llegaría a ser un lugar
mucho mejor para los seres humano, los animales y las plantas.
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